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MUERTE POR MANO PROPIA

Publicado: 2017-12-15


Quiero empezar señalando que nada de lo que le suceda al actual Presidente de la República en los próximos días será de responsabilidad de otro que no sea él mismo.

"La mentira tiene patas cortas" reza un dicho popular, y todo hace suponer que PPK será vacado del cargo por haber faltado a la verdad con relación a sus vínculos con la empresa Odebrecht, pues el Presidente durante los últimos meses ha venido diciendo, en el mejor de los casos, medias verdades al respecto, mellando con ello su credibilidad ante la ciudadanía y la representación parlamentaria nacional y escribiendo en consecuencia, una crónica anunciada de su “muerte” política.

Recordemos. El 23 de octubre de este año PPK le dijo a la Comisión Lava Jato: “Puedo afirmar que no he tenido relación profesional ni comercial con las constructoras brasileñas ni con sus consorciadas peruanas, que públicamente vienen siendo vinculadas al Caso Lava Jato”.

Luego, el 14 de noviembre, a raíz de los trascendidos sobre declaraciones de Odebrecht ante los fiscales peruanos respecto a su supuesta contratación como consultor en temas económicos para “hacer las paces” por su supuesta oposición al proyecto de la Interoceánica cuando era presidente del Consejo Directivo de Pro Inversión, en el gobierno de Toledo), PPK dijo vía Twitter: “Yo nunca he recibido aporte alguno de Odebrecht para mis campañas electorales del 2011 y 2016. Tampoco he tenido vínculo profesional con Odebrecht”.

El 30 de noviembre, cuando “Caretas” presentó un reportaje que señalaba que PPK, junto con el chileno Gerardo Sepulveda, era socio de la empresa First Capital, empresa que sí había desarrollado una asesoría para Odebrecht, el Despacho Presidencial emitió un comunicado en el que se decía que dicho reportaje contenía “información que no es cierta”.

Sin embargo, hace pocos días atrás y para sorpresa de todos PPK dijo en una entrevista: “Lo que sí es cierto, absolutamente cierto, es que yo he sido asesor financiero de varias empresas cuando tenían que levantar dineros importantes en el mercado. […] A veces, me han contratado para H2Olmos”; añadiendo a continuación, en alusión a Marcelo Odebrecht que: “Él no me contrató. Lo que sí hemos hecho, a través de otros como First Capital en algunos casos, es consultorías para algunos, muy pocos, grandes proyectos”.

Finalmente, El miércoles 13 de diciembre, se hizo público que la constructora Odebrecht informó a la Comisión Lava Jato del Congreso que había pagado millones de dólares a las compañías First Capital y Westfield, vinculadas al Presidente de la República, entre los períodos 2005-2013 y 2004-2007, respectivamente (coincidiendo este último periodo con las épocas en que PPK se desempeñó como ministro de Economía y primer ministro del gobierno de Alejandro Toledo).

PPK ha señalado que la asesoría realizada con First Capital fue cuando no tenía la condición de funcionario público y que, ademas, dicha empresa no es de su propiedad, sino del Sr. Gerardo Sepulveda; mientras que en el caso de la empresa Westfield (en la que si reconoce propiedad de la misma), este había cedido la dirección y gestión de la misma, coincidentemente, al citado empresario chileno. 

Más allá de las disquisiciones jurídicas respecto a la legalidad o no de la actuación de PPK, lo cierto, es que el Presidente no dijo la verdad desde un principio; que ha sido solo el progresivo avance de las investigaciones las que lo han llevado a reconocer hechos que al comienzo de las mismas negó.

En política no se puede ser ingenuo y es mejor “golpear” primero. En la investigación de uno de los casos de corrupción más grandes de la historia (para muchos de nivel similar o tal vez mayor al ocurrido durante el Fujimorato), PPK no podía pretender que no se le iba a escudriñar exhaustivamente. Por eso era imperativo que si este había tenido algún tipo de relación con Odebrecht, y ella era perfectamente legal como lo ha sostenido el Presidente, debía actuar con transparencia y “adelantarse a la jugada”” saliendo a explicarla con toda claridad y detalle para evitar una posterior distorsión de los hechos que ahora reclama.

No haber actuado así, por el contrario, ahora lo pone en una situación sumamente complicada, pues dicha actitud, en el contexto de todos los hechos conocidos, ha sembrado un justificado manto de duda sobre su persona. ¿Qué pude pensarse ahora sobre su negativa a recibir a la Comisión Lava Jato?; ¿era realmente para preservar la “institucionalidad” de su cargo o era para evadir preguntas y repreguntas incómodas?

PPK, por sus propios actos, le ha dado a la oposición la oportunidad de vacarlo del cargo, por la causal de “incapacidad moral” al amparo del artículo 113 de la Constitución.

La incapacidad moral como causal de vacancia presidencial es una figura jurídica en el sistema constitucional peruano que se utiliza para sancionar aquellas conductas que, sin ser constitutivas de un hecho ilícito o una infracción constitucional, son igualmente reprochables por ser contrarias a la majestad del cargo que representa la Presidencia de la República.

Así pues, el hecho que PPK haya faltado a la verdad y en el contexto de una investigación por un caso de corrupción de gran magnitud, qué duda cabe, es una conducta reprochable, más aun cuando el Presidente de la República es el Jefe del Estado, del gobierno y personifica a la Nación; proceder que le ha otorgado al Congreso la prerrogativa de hacer efectiva su atribución de retirarlo del cargo por “incapacidad moral”.

La suerte parece estar echada. Las posibilidades que PPK se mantenga en el cargo son prácticamente nulas. Es muy probable que esta navidad nos “regale” un nuevo Presidente. No creo sin embargo que dicho presente sea para alegrarnos. El país sufrirá las consecuencias de ello.


Escrito por

Zoon Politikón

Por Ricardo Lituma Muñoz. Abogado, idealista (¿o iluso?) creyente de las posibilidades de adecentar la política y el servicio público.


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