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¿Sorpresas te da la vida?

Como el tema de Rubén Blades, la historia de la vacancia presidencial de Pedro Pablo Kuczynski parece dar giros inesperados

Publicado: 2017-12-21



Hasta el miércoles en la noche, antes del mensaje del Presidente de la República, el escenario del proceso de vacancia presidencial iniciado en su contra era bastante sombrío. Salvo la bancada oficialista, la posición del resto de las bancadas, en su mayoría, parecía inclinarse hacia la salida del Presidente.

Pero en el mensaje de ayer el Presidente se jugó una carta solicitada por muchos pero que no dejaba de ser riesgosa: anunció que si lo vacaban del cargo, sus vicepresidentes no aceptarían sucederlo. “Ninguno de los dos quiere ser parte de un gobierno que nazca de una maniobra injusta y antidemocrática", señaló.

Es decir, si vacaban a PPK, Vizcarra y Aráoz renunciarían a sus cargos, entonces Luis Galarreta Presidente del Congreso, se vería forzado a asumir la Presidencia temporalmente y convocar a elecciones; las que a juicio del oficialismo deberían ser generales.

El escenario antes descrito de convocatoria a elecciones, a despecho de lo planteado por las huestes oficialistas, planteaba una discusión respecto a si estas debían ser solo presidenciales o si también debían incluirse las congresales.

Los partidarios del “Combo presidencial-congresal” sostienen la Ley Orgánica de Elecciones prescribe en su artículo 20 que “las Elecciones para Congresistas se realizan conjuntamente con las elecciones para Presidente y Vicepresidentes de la República”; por lo que en el escenario antes descrito tendría que renovarse también el Congreso y; con ello, albergan la esperanza de reducir la cuota de poder que detenta hoy en día Fuerza Popular, a la sazón, la fuerza que controla dicha institución y que ha puesto en jaque al Ejecutivo.

Quienes sostienen que la elección sería solo presidencial, mencionan por su parte, que el artículo 90 de la Constitución señala que “el Congreso de la República se elige por un período de cinco años”, que solo podría irse a una nueva elección congresal si este hubiese sido disuelto a mérito de la denegatoria de confianza establecida en el artículo 134 del mencionado documento y que, en concordancia con ello, la Primera Disposición Transitoria Final del mismo, con ocasión de la vacancia de la Presidencia de Alberto Fujimori y necesidad de elegir nuevo Mandatario, tuvo que establecer expresamente que, por excepción, los Congresistas elegidos en las Elecciones Generales de 2000, concluirían su mandato el 26 de julio de 2001.

No obstante y más allá de las interpretaciones jurídicas respecto a si procede una elección congresal en caso de vacancia de PPK y renuncia de sus Vicepresidentes, lo cierto es que las movilizaciones sociales que vendrían a continuación, especialmente azuzadas por los colectivos antifujimoristas, bien podrían terminar forzando la mano de un Congreso Fujimorista, obligándolo en los hechos a una convocatoria para recomponer también el Parlamento.

Esta carta, a juicio del autor de este artículo, sería sumamente riesgosa para el país, pues nos sumiría en un año de paralización e incertidumbre si tomamos en cuenta, además, que en la segunda mitad del mismo se realizaran elecciones Regionales y Locales; sin embargo para el Ejecutivo, las nefastas consecuencias económicas que esa decisión pueda acarrear parecen ser menos onerosas que las que prevé de mantenerse la actual composición del Congreso.

Pero ese anuncio no podía ser la única movida que efectuase el Ejecutivo. Se trataba del último recurso; pero había una estrategia ya establecida y debía hilarse muy fino para salir airoso del entuerto en que se había metido.

Así, partiendo del hecho que era previsible que Nuevo Perú (NP), enconado rival del Fujimorismo y denunciante de una maniobra de estos para copar el poder, por lo menos se abstendría de votar a favor de la vacancia, quedaba la tarea de sumar aliados en las filas de Alianza para el Progreso (APP) y, fundamentalmente, “romper” la votación de Fuerza Popular (FP).

Habiendo tenido APP, en varios casos previos, posiciones cercanas al oficialismo; La tarea más difícil, por razones obvias, estaba en la tienda “naranja”; y para tal efecto, la palabra clave era “indulto”.

Conocida es la lucha de Kenji Fujimori, el menor de los hijos del ex presidente, por la liberación de este último “a cualquier costo” y al punto de haberlo enfrentado a su hermana Keiko con las consiguientes sanciones disciplinarias internas por su acercamiento hacia el Ejecutivo. Conocida es también la posición de PPK, proclive a la liberación de Alberto Fujimori, pero sin la suficiente decisión para sacarla adelante y a pesar de las voces contrarias a dicha decisión provenientes de su entorno ministerial. Pero la crisis obligaba a encarar el tema.

En ese contexto, PPK debería haber definido su posición y enviado emisarios a Kenji para pedirle una “cuestión de confianza” y su apoyo en el proceso de vacancia contra la promesa de un posterior indulto del padre una vez superada la crisis.

El objetivo habría sido logrado, lo que explicaría el anuncio de Kenji: “ Optamos en no apoyar vacancia votando en abstención” (ver https://www.youtube.com/watch?v=SL6F_7UDzJE&feature=youtu.be); dejando entrever un apoyo de grupo (¿y una eventual ruptura con el partido liderado por su hermana?).

Por otro lado, la defensa del Presidente, a cargo del Dr. Borea, como podía suponerse, además de sostener la legalidad de los actos de su defendido y la violación del debido proceso, insistió en la subjetividad de la “incapacidad moral permanente” como requerimiento válido para declarar la vacancia del cargo presidencial; esperando terminar de convencer a algunos representantes de Acción Popular y el APRA que aún no habían definido su posición y manifestado dudas sobre el caso.

Al cierre de este artículo todavía no podía percibirse una tendencia definida; sin embargo las distancia parecen haberse acortado y estar ahora en un “empate técnico” entre los partidarios de la vacancia y los defensores de la permanencia del Presidente.

El desenlace debe ser cuestión de horas. Esperemos que cualquier que este sea, marque el camino de una recuperación de la gobernabilidad que tanto necesita el país.

Escrito por

Zoon Politikón

Por Ricardo Lituma Muñoz. Abogado, idealista (¿o iluso?) creyente de las posibilidades de adecentar la política y el servicio público.


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