IGUALDAD DE GÉNERO NO ES IDEOLOGÍA DE GÉNERO
El jueves 04 de abril de 2019 se publicó el Decreto Supremo N° 008-2019-MIMP, que aprueba la Política Nacional de Igualdad de Género, “para abordar las causas y los efectos de la discriminación estructural contra las mujeres, en concordancia con las obligaciones internacionales del Estado peruano en materia de derechos humanos, las políticas de Estado establecidas en el Acuerdo Nacional, el Plan Estratégico de Desarrollo Nacional y la pre-imagen del Perú al 2030.
La Política Nacional de Igualdad de Género es de aplicación inmediata para todas las entidades de la administración pública y se trata de un interesante documento que merece ser divulgado y explicado.
La Política Nacional de Igualdad de Género aborda la discriminación estructural contra las mujeres como “un problema central en el país, generando desigualdad, limitando el ejercicio de los derechos fundamentales y oportunidades de desarrollo de las mujeres; reproduciéndose socialmente y transmitiéndose de generación en generación a lo largo de la historia del país”.
La mencionada Política Nacional de Igualdad de Género conceptualiza el término género como “las identidades, las funciones y los atributos construidos socialmente de la mujer y el hombre, así como al significado social y cultural que la sociedad atribuye a esas diferencias biológicas, situación que da lugar a relaciones jerárquicas entre hombres y mujeres en las que se distribuyen facultades y derechos en favor del hombre y en menoscabo de la mujer”.
En ella se afirma que “la igualdad de género no es equivalente a igualdad de oportunidades, ya que, desde el enfoque de género, se reconoce que la igualdad no solo se orienta al acceso a oportunidades, sino también al goce efectivo de los derechos humanos".
Creo sin embargo que hubiera sido mejor hablar de “equidad” de género.
En teoría, Equidad e Igualdad son dos principios estrechamente relacionados, pero distintos. La Equidad introduce un principio ético o de justicia en la Igualdad. La equidad nos obliga a plantearnos los objetivos que debemos conseguir para avanzar hacia una sociedad más justa. Una sociedad que aplique la igualdad de manera absoluta será una sociedad injusta, ya que no tiene en cuenta las diferencias existentes entre personas y grupos.
Así las cosas, para llegar a una condición de “igualdad real” entre hombres y mujeres debe haber una equidad de género que, tomando en cuenta las diferencias existentes en los distintos grupos de la sociedad, cree las condiciones para que estas diferencias no impidan que se tenga acceso a las mismas oportunidades de desarrollo económico, personal, político, etc. (tomemos como ejemplo, las diferencias de oportunidades existentes para estudiar entre hombres y mujeres en el ámbito rural).
Es por eso que, desde la perspectiva de equidad de género, se deben tomar en cuenta las condiciones diferentes de las que parten mujeres y hombres y plantear opciones para que ambos puedan desarrollarse de igual forma con las mismas oportunidades.
Hecha esta explicación ¿Puede decirse entonces, que hablar de un enfoque de género, así como pedir la implementación de políticas públicas tendientes a alcanzar la igualdad y la equidad de género, forman parte de un plan siniestro ligado a la famosa y satanizada “Ideología de género” que pretende “homosexualizar” nuestra sociedad?
La respuesta es simple y rotunda: ¡¡NO!!
Tómense su tiempo para leer el documento. Vale la pena y aclarará muchas dudas