#ElPerúQueQueremos

OTRO TIRO AL AIRE

Publicado: 2019-09-30


El domingo en la noche, en un programa periodístico, el Presidente de la República fue consultado por la acción a tomar en caso que el lunes por la mañana se procediese a elegir a los magistrados del Tribunal Constitucional, antes que se sustentase la cuestión de confianza presentada sobre un proyecto de ley para modificar el procedimiento de elección de los mismos.

El presidente Vizcarra, sin pensarlo mucho respondió que “interpretaría” que la confianza les habría sido denegada y, como consecuencia de ello, procedería a disolver el Congreso.

Pues bien, el escenario “no deseado” (por lo menos formalmente) se configuró en la mañana de hoy, aunque no de forma exactamente igual a la proyectada la noche anterior.

En efecto, luego de una accidentada sesión del Pleno, en la que el Premier Del Solar finalmente fue recibido y procedió a sustentar la cuestión de confianza, la representación parlamentaria continuó con su plan inicial de efectuar la votación de los candidatos a magistrados del Tribunal Constitucional.

Se puso en votación dos candidaturas, pero solo una consiguió el número necesario para su designación; motivo por el cual se anunció que la votación de los restantes candidatos se realizaría el día martes.

En este estado de cosas, y ante la posibilidad de concretizarse la amenaza de Vizcarra de disolver el Congreso, haciendo una “interpretación auténtica” (al mejor estilo fujimorista) de la cuestión de confianza, en el sentido de su negativa “ficta” al haberse elegido ya un magistrado del Tribunal Constitucional, ¿qué podría pasar?

Veamos.

El Congreso ya anunció que se reunirá esta tarde para debatir la citada cuestión de confianza. Este, luego de agotado el debate, podría votarla hoy mismo (como seguramente lo hará) y “otorgar” la confianza solicitada.

¿Pero si ya eligieron a un magistrado del Tribunal Constitucional? ¿acaso eso es posible?, podría preguntarse usted amigo lector.

Y la respuesta es: SI.

El hecho que se haya elegido un magistrado en la mañana de hoy no “desnaturaliza” la confianza otorgada (para usar términos de moda), pues la confianza se ha planteado sobre un proyecto de ley que debe seguir su cauce correspondiente (derivarse a la Comisión correspondiente, elaborar un pre dictamen, votarlo y de aprobarse elevarlo al Pleno para su posterior debate y votación).

El proyecto de ley es precisamente eso, un proyecto. En tal sentido, solo cuando este se convierta en ley (de ser el caso), el buscado efecto de “aplicarse” a los procesos en curso iniciaría su vigencia.

En términos prácticos, la aprobación de la confianza al proyecto de ley presentado por el Ejecutivo, no implica la suspensión del procedimiento de elección de magistrados del TC, el cual había concluido ya todas las etapas previas a la votación que se realizaría el día de hoy.

Así las cosas, de otorgarse la confianza de manera “expresa” en la tarde de hoy, el Presidente quedaría otra vez fuera de juego e imposibilitado de disolver el Congreso de manera jurídicamente válida.

Parece que el Presidente no encuentra el rumbo. Insistiendo en medidas extremas como la cuestión de confianza, pero mal enfocadas, está destinado a sufrir otra derrota y quedar cada vez más inerme frente a la oposición, pero también cada vez más disminuido ante su principal aliado, la población.


Escrito por

Zoon Politikón

Por Ricardo Lituma Muñoz. Abogado, idealista (¿o iluso?) creyente de las posibilidades de adecentar la política y el servicio público.


Publicado en