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PREVISIBLE DERROTA. INESPERADO MARCADOR

Publicado: 2021-08-28



Se enfrentaban Deportivo Oposición frente a Atlético Cerrón y ambos venían de sendas derrotas generadas por desmañados goles en puerta propia: uno con la fallida moción de orden del día para declarar “inmoral” el nombramiento del Premier Bellido. El otro con la salida del Canciller Bejar por sus alucinadas declaraciones sobre la “paternidad” atribuida a la Marina de Guerra sobre el terrorismo en el Perú y la condición de “mentor” de la CIA estadounidense sobre el grupo terrorista Sendero Luminoso.

En el papel, ambos estaban urgidos de un triunfo. Pero en la realidad, Deportivo Oposición intuía que no podía ganar el encuentro (y hasta tal vez lo deseara). Entonces, la derrota frente a Atlético Cerrón debía ser ajustada. Evitar una goleada era la consigna. Al final no lo lograron.

Dejando de lado las alusiones "futboleras", desde el nombramiento de Guido Bellido como Premier y más aun con el nombramiento de los ministros que lo acompañarían, muchos de ellos con serios cuestionamientos profesionales y de índole legal; en las filas de la oposición estaba claro que los hechos eran parte de la estrategia de “agudización de las contradicciones” que forma parte del discurso de Vladimir Cerrón; la misma que contempla el cierre del Congreso como una posibilidad.

El Ejecutivo tiene el manejo de la caja y puede iniciar una política clientelista que compre el favor popular. La situación de crisis económica actual podría implicar que esta no pudiese durar demasiado tiempo; pero, acelerar la posibilidad de disolver el Congreso y convocar a nuevas elecciones parlamentarias en estado de “gracia” era una opción que la oposición no podía darse el lujo de permitir. Podría ser una victoria pírrica en una batalla que podía terminar llevándolos a la derrota en la guerra.

Así las cosas, la idea era que fuera al revés. Es decir, que el binomio Castillo-Cerrón obtuviera una victoria, pero frágil, “raspando” la valla necesaria para obtener la confianza. Una victoria deslucida en las que las abstenciones jugaran un papel importante.

La apuesta sería entonces, la de un gabinete aprobado con una frágil mayoría, que luego sería desmembrado para forzar la renuncia o remoción de Bellido a través del proceso de interpelaciones y censuras de los ministros del gabinete que vendría a continuación.

La política es de gestos y cada agrupación juega un papel particular en el escenario. Así, el punto de partida en la correlación de fuerzas previa a la presentación del gabinete por el voto de investidura mostraba el siguiente escenario:

El bloque gobiernista contaba idealmente con 51 votos fijos producto de la suma de los 37 Congresistas de la bancada de Perú Libre, 5 de Juntos por el Perú y 9 de Somos Perú-Partido Morado. La cifra bajaba a 49 votos si se tomaba en cuenta que, tradicionalmente, los congresistas que fungían de ministros a la vez, no votaban en los procesos de investidura de los gabinetes de los cuales formaban parte.

No obstante, en la bancada Somos Perú-Partido Morado, no se contaba con la seguridad de los votos de la facción morada. El pasado de declaraciones homofóbicas y de admiración por personajes vinculados al terrorismo del Premier había sido cuestionado por estos. Se trataba de 3 votos que podían no favorecerlo y bajar la suma a 46; pero consideraban que, en el peor de los casos, pasarían a la abstención.

El bloque opositor extremo, el “negacionista”, contaba de inicio con 43 votos provenientes de los 24 de la bancada de Fuerza popular, 9 de Renovación Popular y 10 de Avanza País. A ellos se sumaban los votos de los Congresistas Echaiz y Chiabra de Alianza para el Progreso y de Anderson de Podemos Perú, los cuales, al margen de las posiciones aun no anunciadas de sus grupos parlamentarios, habían adelantado que sus votos serian por la negación de la confianza. Con ellos, la suma llegaba hasta los 46 votos en pos del NO.

En un escenario de virtual empate, la forma en la que se debía configurar el otorgamiento de la confianza a Bellido y sus ministros corría a cuenta del bloque opositor “centrista” integrado por las bancadas de Acción Popular, Alianza para el Progreso y Podemos Perú.

De Acción Popular había más dudas que certezas. Apodada en algún momento de la historia como “una federación de independientes” por Andrés Townsend; la agrupación durante el pasado Congreso Complementario 2020-2021 había justificado tal apelativo por su imposibilidad manifiesta de votar en bloque como bancada. Para el presente periodo se podía percibir el intento de actuar más como bloque, pero la existencia de facciones en la interna era conocida. Además, se sabía que varios congresistas de la lampa eran más proclives a hacer consensos con el oficialismo que con la oposición extrema.

Con todo y a pesar de las declaraciones de su vocero de la intención de la bancada de votar en bloque por la confianza, el día de la presentación del gabinete, los medios de comunicación hablaban de una distribución más o menos equitativa de sus opciones de voto: 6 por el SI, 5 por el NO y 5 por la abstención.

En Alianza para el Progreso la situación era más predictible. Salvo las posiciones ya manifestadas por Chiabra y Echaiz (invitados de la agrupación) se confiaba en la posibilidad de una votación en bloque del resto de la bancada. Descartándose la opción por el NO, el bloque opositor negacionista esperaba que, por lo menos, optaran por la abstención para que el otorgamiento de la confianza fuera lo más ajustada posible.

En cuanto a Podemos Perú, su participación en la Mesa Directiva del Congreso con otros partidos de la oposición no hacía más que confirmar su vocación acomodaticia. De hecho, sus posiciones populistas los acercaban más a las ideas del partido de gobierno y hasta habían negociado previamente con Perú Libre para formar parte de la lista oficialista para la conducción del Parlamento. Debido a ello, aunque se esperaba que optaran cuando menos por la abstención, no se descartaba que pudieran votar por el SI.

¿Qué pasó entonces para que Guido Bellido y su gabinete obtuvieran la confianza con una diferencia clara de 23 votos? (73 a favor, 50 en contra y 0 abstenciones).

Que los bloques opositores no supieron jugar en alianza y que sus dirigencias demostraron una vez más su inexistencia o escasa capacidad de dirección.

Del bloque opositor extremo no podía esperarse otra cosa que no fuera cerrarse en la opción por el NO. Quizá Avanza País podría haber estado dispuesta a votar en abstención, pero eso solo en un caso extremo y poco probable de una radicalización de las posiciones del grupo “centrista”.

Es este último bloque el que sorprendió en extremo, no tanto por la orientación de su votación final, sino por la incapacidad de su dirigencia para “graduar” la intensidad de la misma.

De Podemos Perú no hay mayor comentario que hacer. Podía esperarse su votación por el SI. Sus 4 votos compensaron los inesperados 4 votos por el NO que finalmente aportaron los congresistas Morados y la Congresista Alcarraz de Somos Perú (segón fuentes de la prensa, aparentemente motivada por un malestar personal con el Premier).

Es de Acción Popular y Alianza para el Progreso de quienes se esperaba inclinar la balanza a favor de un ajustado voto de confianza que terminó siendo holgado.

Ambas agrupaciones tienen una importante base del interior del país. Contra lo que muchos en la burbuja de Lima quieren pensar, la aprobación del actual gobierno es aun mayoritaria en las diferentes regiones. Además, el discurso de este es regionalista y de reivindicación respecto del “olvido” en las que las han dejado durante mucho tiempo.

En ese contexto, los noveles congresistas de ambas agrupaciones es probable que hubieran sentido la presión de no lucir como “obstruccionistas” frente a sus electores.

Y en dicha circunstancia, correspondía a las dirigencias, más experimentadas, poner los paños fríos, orientar y negociar una votación ordenada en el Congreso que lograse el objetivo. Pero ello no sucedió.

En Acción Popular no hay dirigencia unánimemente reconocida y hay varias facciones en pugna en la interna del partido. Por eso sorprendió esta vez que su votación fuera en bloque y a favor del SI (de sus congresistas presentes en el Hemiciclo solo Maricarmen Alva se abstuvo de votar). Se dice que Yonhy Lescano, excandidato presidencial y ahora asesor del parlamentario Carlos Zeballos (Puno) habría sido el artífice del acuerdo para un comportamiento en bloque que no pudo lograr del Congreso complementario 2020-2021 cuando era candidato.

En Alianza para el Progreso si hay un identificable y único liderazgo correspondiente a Cesar Acuña, su fundador. De él se esperaba con más convicción que pudiera manejar el voto en abstención de su bancada, pero finalmente esta también votó en bloque por el SI. Su bancada es también de composición mayoritariamente regional y habría primado en ellos la intención de aparecer como de vocación conciliadora frente al enfrentamiento de ambos extremos.

Los hechos ocurridos demuestran entonces que la oposición no es todavía capaz para manejarse de manera sólida y unívoca en sus acciones y mensajes frente al gobierno de Perú Libre. Dicha agrupación y su Premier pueden jactarse ahora que la confianza les ha sido otorgada con meridiana claridad (dada la diferencia en la votación final) y en función a ello, insistir en gestos provocativos como el que pocas horas después de la votación mostraría Bellido en una entrevista respecto a la posibilidad que algunos de sus ministros más cuestionados fueran objeto de interpelación. 

El Congreso decidió no usar una de sus “balas de plata”, pero a las agrupaciones políticas de oposición allí representadas y sus dirigentes les corresponde actuar con inteligencia para estar a la altura de las circunstancias si quieren hacer frente, exitosamente, a la amenaza de un gobierno que quiera ir por el sendero de una izquierda radical y totalitaria.


Escrito por

Zoon Politikón

Por Ricardo Lituma Muñoz. Abogado, idealista (¿o iluso?) creyente de las posibilidades de adecentar la política y el servicio público.


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